La precisión y su medida en el contexto de la PBN
Los detalles técnicos en los que se basa la
navegación de precisión son muy complejos. Para una revisión de estos detalles
el lector interesado puede referirse al manual de navegación aérea de la OACI. En
este documento nos vamos a centrar solamente a los conceptos básicos desde un
punto de vista muy elemental, para entender cómo se diseñan las rutas y los
procedimientos de aproximación.
En la ilustración inferior se muestra un
diagrama comparativo de varias radioayudas y el error de navegación que se
produce en metros y que genera un radio de indeterminación visto desde la parte
superior de una ruta (2 dimensiones).
El concepto de precisión tiene que ver con la capacidad de navegar dentro de
unos parámetros previamente fijados. Como se puede observar en la ilustración,
se consideran diferentes áreas dentro de las cuales se debe de encontrar la
aeronave la mayor parte del tiempo.
Estas áreas de protección y sus dimensiones
varían de acuerdo con la ruta a seguir, la cantidad de tráfico que se espera,
los accidentes geográficos, los posibles obstáculos etc. etc. Para definir
estas áreas y los distintos niveles de protección o las distancias a los
obstáculos, se llevan a cabo complejos estudios de valoración de riesgos por
parte de las autoridades de aviación civil. Estos estudios son denominados FOSA (Flight Operational Safety Assessment).
Una vez hechos estos estudios se establece un proceso de implantación que da
lugar al establecimiento de las áreas de protección características en las
rutas de navegación aérea.
En la ilustración inferior se muestran todos
los elementos que entran a formar parte del proceso para establecer un estudio
de riesgos. Como se puede ver, los expertos en el diseño de rutas y
procedimientos aéreos tienen en cuenta factores tan diversos como las
capacidades de la aeronave (aircraft performance), el elemento humano de la operación
(Flight crew operations), las infraestructuras, etc.
La idea primaria es la de establecer unos
corredores de seguridad a lo largo de la trayectoria nominal del vuelo y
simétricamente dispuestas, se establecen las áreas de evaluación de obstáculos,
que determinan las zonas en las que hay que considerar los obstáculos del
terreno.
Se distinguen las áreas primarias y secundarias,
siendo las secundarias también conocidas como zonas de contingencia.
El área primaria es rectangular y sus
dimensiones quedan definidas verticalmente por la distancia mínima de seguridad
que las autoridades consideren con respecto a los obstáculos (MOC, Minimum
Obstacle Clearence).
Las áreas secundarias están definidas a ambos
lados del área primaria, a lo largo de la línea nominal de vuelo, en la que se
proporciona un franqueamiento decreciente, desde el MOC en la línea de contacto
con la superficie primaria, hasta cero en su extremo. La altitud mínima
mientras se vuele en el segmento resulta de la aplicación del MOC a las áreas
señaladas.
Ningún sistema es perfecto y por ello existe
la posibilidad de que la aeronave se encuentre en una posición diferente a la
esperada. La palabra posibilidad hace referencia al cálculo probabilístico.
Para definir la precisión del sistema se emplean los métodos estadísticos, en
este trabajo solo vamos a hacer referencia a los conceptos básicos sin entrar
en los complejos cálculos que se llevan a cabo en la realidad.
En la ilustración se pueden
ver las diferencias entre los conceptos de precisión y exactitud. Como
curiosidad, se debe de entender, que a la hora de manejar manuales en inglés,
hay palabras que significan cosas contrarias a lo que pueda parecer en español.
Estos términos son a veces conocidos como “false reass”, vocablos que al
traducirlos significan cosas distintas de lo que aparentan. Este es el caso con
las palabras a las que nos referimos.
En la diana superior izquierda se observa
gran precisión y exactitud. En la superior derecha gran precisión pero
inexactitud. En la inferior derecha se ve cierto grado de precisión (algún
disparo da en el centro), pero bastante inexactitud (no están agrupados). En la
última diana no se parecía ninguna de las dos.
En la navegación aérea se dan estos dos
conceptos a la hora de seguir una ruta determinada, ya sea en el plano
horizontal o en el plano vertical. En este apartado nos vamos a referir al plano
horizontal de una aeronave volando una ruta determinada. Como se puede observar
en la ilustración inferior, se distinguen varios errores inherentes al sistema
de navegación.
La ruta deseada es la línea sólida en color
magenta. Se pretende volar siempre la ruta deseada, tal cual podríamos trazarla
sobre la superficie de un mapa. Los sistemas de navegación de abordo, que
trabajan con bases de datos (mapas virtuales podríamos decir), definen la ruta
en términos entendibles para que los sistemas de abordo puedan volar dicha
ruta. A la hora de hacer esta representación electrónica de la ruta se
introducen errores. Estos errores, aunque puedan ser mínimos, en realidad
existen y son denominados errores de definición de ruta (Path Definition Error
o PDE).
Para poder volar una ruta determinada la
aeronave necesita primero definir su posición en el espacio. Esta es la regla
de oro de la navegación aérea. No podemos ir a ningún sitio sin antes saber dónde
estamos, y para poder saber dónde estamos la aeronave determina su posición
normalmente gracias a las radioayudas (GNSS, DME, VOR). Los sistemas inerciales
necesitan también “saber” de antemano su posición para poder hacer luego los
cálculos basados en las aceleraciones de la aeronave. Ver anexo al final.
En el cálculo de la posición también se
introducen ciertos errores. Cuanto mejor sea la radioayuda en términos de
precisión, tanto menor será el error introducido en la posición calculada de la
aeronave. Este error se denomina en la mayoría de los manuales como Estimated Position
Uncertainty (EPU), y da lugar a un área de incertidumbre en la cual se puede
encontrar la aeronave con una confianza del 95%. En otras palabras, de cada 100
veces que vayamos a buscar la posición real de la aeronave, 95 la vamos a
encontrar dentro de este área de indefinición.
En los manuales se suele representar este
área con un circulo relleno de puntos (como en el símil de las dianas con los
disparos). El radio del círculo se incrementara si las radioayudas no son muy
precisas.
Por último, los sistemas del avión tratan de
volar la ruta definida (que contiene errores), a partir de una posición
estimada (que tiene errores), pero los sistemas de control de vuelo también
están sujetos a otros pequeños errores. Estos errores son debidos a que el
piloto automático (o el piloto real) no son perfectos, que los mandos de vuelos
no reaccionan exactamente a las órdenes recibidas, etc. etc. El nombre de este
tipo de error es Navigation System Error. (NSE).
La diferencia entre el error de definición de
la ruta y posición estimada de la aeronave se conoce como FTE o Flight
Technical Error.
La suma de errores se traduce en lo que se
conoce como Error total del sistema (TSE o Total System Error). Para calcular
el TSE se emplea normalmente la formula siguiente:
Cada error puede adoptar un valor positivo o
negativo, dependiendo de si está a la derecha o a la izquierda de un valor
real. Por ejemplo, la ruta definida por los sistemas de abordo puede estar una
milla náutica a la derecha o a la izquierda de la ruta real (+/-1nm). En
cualquier caso, para evitar obtener valores negativos, lo que se hace es elevar
al cuadrado cada error y una vez sumados todos los errores, se les extrae la
raíz cuadrada, con esta “triquiñuela matemática” el valor obtenido siempre será
positivo.
Vamos a seguir profundizando en el concepto
de precisión y su mediada. En la ilustración inferior se muestra una vista
desde arriba de la ruta que sigue una aeronave. Dicha aeronave efectúa la misma
ruta varias veces al día cada día. En la ruta se aprecian las áreas primaria (gris)
y secundaria (amarilla) a uno y otro lado de la línea central (magenta).
Se ha querido representar cada uno de estos
vuelos que efectúa la aeronave con las líneas de diferente color dentro del
área primaria (gris). Un día vuela la línea roja, otro día la verde, etc. etc.
Si al final juntamos los datos de todos los vuelos en la misma ruta,
encontraremos que las desviaciones se agrupan en torno a una media o valor de
tendencia central y forman una distribución muy conocida en estadística que se
denomina campana de Gauss en honor a Karl Gauss o “curva norma”. La
distribución normal representa una distribución de una variable aleatoria continua.
Existen muchos parámetros en la naturaleza
que se ajustan a este tipo de distribución, por ello se la ha venido en llamar curva
normal. Por ejemplo, si en una clase de educación infantil con 30 alumnos, se
les midiera la altura, el pie que calzan o el cociente intelectual, se
encontraría que cada uno de esos parámetros muestra una distribución gaussiana tal
como se observa en la ilustración siguiente.
El área total bajo la curva representa el
100% de valores que se dan en una distribución, por lo tanto si consideramos
trozos definidos de áreas bajo la curva normal podemos tratarlos como
probabilidades.
La campana muestra en su pico una media o
tendencia central (representada aquí por
) donde se
encuentra la mayoría de los casos. A ambos lados de la tendencia centra se
encuentran los valores que se desvían de la media. La desviación típica,
representada por la S nos muestra la distancia de un valor en particular y cuan
desviado esta de la media del grupo (
). El área
bajo la curva normal de cada uno de estos sectores nos dice la proporción de
valores que se encuentran dentro de unos parámetros determinados.
La curva norma tiene unos límites. La
totalidad de los casos (100%) se encuentran dentro de +/-3 desviaciones
típicas. En general se acepta que cualquier valor medible consta del valor
original y los dos típicos errores que son inevitables: El error sistemático
(systematic error) característico de cualquier sistema y un error al azar de
inexactitud inherente a cualquier medida que se quiera realizar.
Contando con estos errores, en navegación
aérea se da por bueno que los parámetros de cada vuelo se encuentren dentro de
no más de 2 desviaciones típicas, o lo que es lo mismo, un 95% de confianza.
Se puede entender entonces que cuando la
normativa exige una precisión de 2 millas náuticas (RNP o Required Navigation
Performance = 2), el 95% de las veces que se vuele esta ruta se debe de
mantener la aeronave dentro de estos límites. Todo ello teniendo en cuenta la
suma de errores o TSE.
En términos generales y simplificando mucho, así
es como un operador está autorizado a volar estas rutas. Si nuestra aeronave es
capaz de mantenerse dentro de estos parámetros y lo podemos demostrar en vuelos
de prueba, entonces las autoridades de aviación civil no tendrán inconveniente
en certificar que estamos autorizados a volar dicha ruta.
RNP
o Required Navigation Performance se refiere a la precisión mínima que se
necesita para una ruta determinada.
En la ilustración superior se mostraba una
ruta con dos áreas. La zona gris RNP = 2 es la zona en la que se debe de
encontrar la aeronave el 95% de las veces. ¿Qué ocurre el 5% de las veces?
Puede ser que no nos encontremos dentro del área gris prescrita, en cuyo caso
podríamos estar muy cerca de algún obstáculo. Para evitar esto las rutas se diseñan
con las áreas secundarias de protección (containment reas) suficientemente
anchas, como para acomodar aquellos pocos casos (5%) en los que las aeronaves
pudieran desviarse más de lo normal.
Una de las características principales de las
especificaciones de navegación que se requieren para poder volar estas rutas
RNP, es que la aeronave y sus sistemas sean capaces de presentar información al
piloto para que este pueda monitorizar, y en su caso alertar, de las posibles
desviaciones.
Si los sensores del avión se degradan, o si
intencionalmente se utilizan sistemas poco precisos para calcular la posición
de la aeronave, el error de posición o la incertidumbre tiende a aumentar (el
radio de la EPU aumenta). Si el radio de la EPU aumenta excesivamente podríamos
encontrarnos fuera de los límites requeridos, en cuyo caso el sistema debería
de alertarnos.
El problema principal reside en que la
aeronave muy pocas veces vuela justo la ruta deseada (magenta) debido a los
problemas antes mencionados que tienen que ver con la imprecisión de los sistemas
de navegación (NSE). En estos casos nuestra intención es estar justo en el
centro, pero casi la mayor parte del tiempo volaremos desplazados a la
izquierda o a la derecha. En la
ilustración inferior se muestra esta condición.
Si el radio que determina la EPU no es muy
grande, la aeronave volara dentro de los límites normales. Si el sistema se
degrada, por ejemplo si se pierde la señal del GPS, la posición se determinaría
con otros sistemas menos precisos. En el momento que el radio de la EPU
coincidiera con la RNP (radio del circulo amarillo), habría una pequeña posibilidad
(sector sombreado en gris), que se encontraría dentro del área de contención
(área amarilla). En ese caso el sistema debe de estar preparado para
alertarnos. El mensaje que se genera es “UNABLE RNP” y suele ser una indicación
de precaución visible apara el piloto.
El radio de la EPU podría incluso
incrementarse mucho más allá de las líneas de contención (círculo rojo) en algún
caso que se clasifica según las autoridades de aviación civil como muy
improbable (con una probabilidad menos de 10-7 por hora de vuelo).
Esto mismo que aquí se cuenta para el plano
de vuelo horizontal también es válido para el plano de vuelo vertical cuando se
utiliza el sistema FMS. Algunos de los modernos sistemas de Gestión de Vuelo
(FMS) cuentan con un modo de navegación vertical llamado “Baro-VNAV”. Con este
cálculo el sistema FMS tiene la capacidad de situar a la aeronave en el plano
vertical de una ruta definida (una aproximación por ejemplo). El FMS en este
caso calcula la altura gracias al sistema de datos del aire, donde se convierte
presión estática en altura. Aquí existen ciertas salvedades con respecto a los
errores que hemos visto en el plano horizontal. Ver ilustración inferior.
En primer lugar se aprecia que existe un
error a lo largo de la ruta, que se denomina “Along Track Navigation Error”.
Este error es debido al hecho de que la ruta deseada y la ruta definida por la
base de datos del FMS no coinciden. Dicho error se denomina Horizontal Coupling
Error (HCEz). La letra z hace
referencia a que estamos hablando del plano vertical. Este error hace que la aeronave
pueda estar situada más adelante o más atrás de lo que verdaderamente le
corresponde. A este error hay que sumarle el error del sistema altimétrico (ASEz)
propio de todos los sistemas que calculan la altitud a partir de los parámetros
de presión atmosférica y el FTEz que es el propio de los sistemas
encargados de seguir o navegar esa altitud (controles de vuelo, piloto automático,
etc.)
Todo ello se puede también expresar con la fórmula:
Según la legislación vigente, no existe una
exigencia de integridad y continuidad para los valores de la navegación
vertical. Los errores en el plano
vertical son parecidos si en vez de usar el sistema Baro-VNAV del FMS se
utilizan otros sistemas de guiado vertical (GNSS).
La paradoja de la
precisión
Lo que se ha venido en llamar la paradoja de
la precisión se basa en el hecho de que el riesgo de colisión aumenta a medida
que los sistemas de guiado son mejores. Con el uso de sistemas tan precisos
como el GPS, con errores del orden de 2 metros, es posible que dos aeronaves
puedan llegar a ocupar una misma posición en el espacio aéreo si las rutas que
siguen no son perfectamente coordinadas.
Las distancias de seguridad se han reducido
de tal manera que en los puntos fijos de navegación se alcanzan posiciones
donde las aeronaves pasan a muy cortas distancias o tiempos. En estos casos un pequeño error
técnico o humano puede dar lugar a catástrofes tales como la colisión en pleno
vuelo (recuérdese la colisión de überlingen
en Alemania en el 2002).
Estudios realizados con modelos simulados por
ordenador (Russ Paielli en el año 2000 Paielli, Russ A., “A Linear Altitude
Rule for Safer and More Efficient Enroute Air Traffic,” Air Traffic
Control Quarterly, Vol. 8, No. 3, Fall 2000) muestran que con un error altimétrico
cero (precisión vertical absoluta), si los pilotos no siguieran las normas de
vuelo de acuerdo con la regla hemisférica (rumbo-nivel de vuelo par/impar), o
en otras palabras, si lo hicieran a su libre albedrio, tendrían cinco veces
menos probabilidad de colisionar que si siguieran las reglas con el error
altimétrico que se considera inevitable hoy en día (25 pies o 7.6 metros).
Para evitar estos problemas, sobre todo el
riesgo de una colisión de frente con una aeronave que vuele en sentido
contrario, se recomienda volar una o dos millas a la derecha de la línea
central de la aerovía (Offset flying). Los modernos sistemas FMS en rutas noratlanticas
(MNPS) utilizan estas técnicas para incrementar el azar y disminuir el riesgo.
Esta es la razón por la cual todavía se
recomienda pasar la mayor parte del tiempo de vuelo mirando al exterior en
busca de tráfico. La última línea de protección en cualquier caso sería la
ofrecida con sistemas ACAS/TCAS, que alertan de la presencia de potenciales
riesgos de colisión con suficiente tiempo como para que el piloto reaccione. En la ilustración inferior se muestra la
paradoja de la precisión. Si un avión volara erróneamente en sentido contrario
en nuestro mismo nivel de vuelo, se produciría una colisión frontal con mucha
más probabilidad que si los aviones que vuelan correctamente la ruta usaran
equipos de posicionamiento menos precisos.
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