Tuve la suerte de poder ver de cerca este magnífico avión cuando participé en unas maniobras del EdA en Trápani, Italia, en 1996. Lo había visto antes en multitud de revistas, pero en vivo este avión resultaba aún más espectacular. Me impresionó tanto, que le pregunté a uno de nuestros pilotos su opinión sobre este aparato. Yo pensaba que no tendría mucho que hacer en un enfrentamiento con nuestros flamantes Hornets norteamericanos, pero la respuesta de nuestro piloto no desdeñaba para nada las performances del avión francés. Según me contaba, los pilotos del Mirage 2000 se habían amoldado muy bien a sus características y las tácticas consistían en volar por parejas bastante juntos a mucha altitud, unos cincuenta o cincuenta y cinco mil pies, y muy rápido, a veces en supersónico. Según relataba, eran aviones muy pequeños, con un perfil muy difícil de divisar en la distancia contra ese cielo azul cobalto de las altas capas de la atmósfera. A veces, para cuando querías darte cuenta, ello