Recuerdos de Gando
Hace ya mucho que pedí la excedencia voluntaria. Cuando miro las metopas de mis principales destinos siempre recuerdo con cariño y gratitud mis años de servicio en el Ejército del Aire. Después de todo gracias a la formación que recibí allí se me abrieron muchas oportunidades en el mundo de la aviación civil.
Hace poco un lector extranjero me preguntaba sobre uno de los sistemas de alerta del Mirage F1 EE, en concreto era el RWR receiver antes de la modificación del avión. Hace ya tantos años que no veo este avión, que no puedo acordarme bien de la posición que ocupaba este sistema en el panel de instrumentos. Tengo, sin embargo, otros buenos recuerdos de cuando estuve en Canarias por varias razones.
Mi primer destino como especialista de armamento fue precisamente Canarias. Llegué a las islas en 1986 y me incorporé al Ala mixta N°46 en la Base Aérea de Gando. En marzo de 2015 se celebraba precisamente el 50 aniversario de su creación. El 462 Escuadrón (los famosos "halcones de Gando") fue activado en 1982 con el avión Mirage F-1 hasta que fue relevado por el McDonell Douglas EF-18A en 1999. El mirage F-1 EE reemplazaba a los antiguos F-5 y se convertía en la punta de lanza del Ejército del Aire en aquellos años. Al poco tiempo de llegar me dieron el curso del avión. Recuerdo que Monsieur René de la casa Dassault fue nuestro instructor. René tenía un gran conocimiento de este avión y nos explicó todos los pormenores del sistema de armas. Debí de aprovechar sus enseñanzas y recuerdo haber estado muy motivado, porque al final pude sacar muy buena nota en el cursillo. Una vez en activo, tuve la ocasión de participar en numerosos ejercicios militares con diferentes escuadrones de varios países. Conocí por aquel entonces a un joven y recién ascendido capitán llamado Javier Salto. Recuerdo haberme metido debajo de su avión en algunas maniobras para armarle los cañones DEFA. Volví a ver a Javier ya de coronel jefe de la Base Aérea de Morón en 2004, cuando yo trabajaba como instructor civil de pilotos. Hoy en día me aleghras saber que Javier Salto ha llegado a lo más alto del escalafón y es el actual Jefe de Estado Mayor del Ejército de Aire (JEMA).
Los intercambios de Escuadrón eran una gran tradición en el ámbito de la OTAN. El del 323 Escuadrón de Leeuwarden, Holanda, fue el primer intercambio OTAN del 462 Escuadrón, celebrado entre el 22 de septiembre y el 3 de octubre de 1986. Durante ese destacamento, el C.14.58 pilotado por el Tte. Baquero sufrió una retracción
del tren al salir de pista. Un C-130 trajo repuestos y fue devuelto al estado operativo al cabo
de unos días. Debajo se pueden ver unas fotos que tenía por casa. El avión sufrió pocos daños en parte debido a que llevaba en la parte central el famoso pilón ALKAN 910 al que creo que llamábamos PUF3 o algo así (que me corrija algún compañero si me lee). Era el punto donde se le montaba entre otras cosas el tanque externo de 1.155 litros (...que le deba mucho alcance, pero lo hacían subsónico). Desde aquel incidente recuerdo que fue obligatorio que todos los aviones volaran con el pilón montado, llevaran o no carga en él.
Los recuerdos de seis años destinado en el Ala Mixta N°46 son muchos. Buenos compañeros y buen ambiente de trabajo. De lo peor que recuerdo sin embargo, es haber pasado muchas horas desmontando, limpiando y volviendo a montar los cañones DEFA de 30 mm del F1. Eran todo un engorro, sobre todo a la hora de volver a montarlos en el avión. A pesar de ser un buen cañón, en cuestiones de mantenimiento estaba a mucha distancia del Vulcan M-61 de 20 mm Norteamericano.
Una vez en la línea, armar los cañones antes de la salida también tenía su punto peligroso. Teníamos que meternos debajo del avión, mientras el piloto esperaba con el motor encendido y las manos a la vista, para poder enchufar los cañones y seleccionar las cadencias de tiro en la caja de control de cadencia de disparo (CLR creo que las llamábamos). Lo que si nos gustaba era poder ver los despegues y los aterrizajes a pie de pista. Era un espectáculo sencillamente increíble.
El rugido del motor ATAR 09K50 a plena postcombustión nos hacía temblar literalmente al recibir el impacto sonoro a solo unos metros en la propia pista. Las fotos de los F-1 en despegue son de mi buen amigo Jordi Villaplana, excelente fotógrafo.
Debajo se puede ver uno de los Mirage biplaza con el Sidewinder de entrenamiento. El cuerpo motor era inerte al igual que la cabeza de guerra en color azul. La unidad de guía y control si era verdadera, para que los pilotos pudieran escuchar el zumbido del sensor al "blocar" un blanco. Aunque cada misil pesaba más de 80 kg, nos bastábamos tres de nosotros para poder colocarlo en su raíl de lanzamiento. Para hacer las pruebas de continuidad utilizábamos una linterna, pero solo bastaba pasarse delante del misil con un cigarrillo encendido a cierta distancia. El sensor eran muy bueno y captaba la radiación IR del cigarro incluso a plena luz del día. Otras de las tareas asignadas a los especialistas de armamento era la colocación de las contramedidas, los famosos sistemas ALE con bengalas y chaff.
Debajo se puede leer un documento del EA dedicado a la historia del Ala 46. Contiene varias anécdotas curiosas que me han hecho recordar aquellos tiempos y escribir esta entrada.
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