La aviación en el cine: Infierno en las nubes (1951)
"Bucéfalo, aquí Águila 1, iniciamos el ataque"
Ayer tenía la tarde tonta después de haber hecho un fantástico aterrizaje en emergencia con un solo motor en el simulador, así que me dije "hoy toca ver una de John Wayne por la noche, ¡Hala!".
Me vi entonces un clásico de la RKO que cuenta las operaciones aéreas norteamericanas durante la batalla de Guadalcanal. En España la titularon Infierno en las nubes, pero su título original es Flying leathernecks. Ya había visto a John Wayne en la estupenda película de 1949 Arenas sangrientas (Sands of Iwo Jima) y me pareció que siendo del mismo productor, Edmund Graiger, podía estar bien. Además, salían varios aviones de la armada que me gustan, como los Grumman F6F Hellcat y los poderosos Chance Vought F4U Corsair. La película cuenta las andanzas de un duro y curtido jefe de escuadrón que llega para hacerse cargo de los pilotos que tendrán que volar muy bajo para poder dar apoyo cercano a los Marines en tierra.
El estricto e inflexible comandante Dan Kirby (John Wayne) llega para hacerse cargo del escuadrón VMF-247 que vuela los "Wildcats. La unidad esperaba que el jefe hubiese sido el capitán Carl "Grif" Griffin (Robert Ryan), muy querido entre sus subordinados. Las chispas saltan nada más conocerse los dos protagonistas. Kirby toma el mando de la llamada Cactus Air Force, que en ese momento contaba con poco material para el mantenimiento de las aeronaves y pilotos poco adiestrados. Para colmo de males los aeródromos norteamericanos eran hostigados constantemente por la fuerza aérea nipona. El estilo de mando Grif, muy blando, contrasta con el de Kirby, que a pesar de saber que manda hombres a la muerte y no le gusta, sabe que debe hacerlo.
La película no llega a ser lo que promete y queda lejos de aquella de 1949, pero aun así tiene puntos a su favor. Una de las cosas que más me han gustado es el uso de material cinematográfico real en color. Howard Hughes estaba entusiasmado con esta película y la financió en parte, pero se empeñó en que fuera filmada en glorioso Technicolor, haciendo que se mezclaran las escenas reales de combate filmadas con Kodachrome y cámaras de 16 mm con las de ficción, filmadas con 35 mm y Technicolor.
Los aviones de combate que aparecen en la primera parte de la película no son realmente los Grumman F4F Wildcats que históricamente fueron los protagonistas. En su lugar, los productores utilizaron los Grumman F6F Hellcats que tenían a mano gracias a las unidades de entrenamiento de la Base Aérea de la Infantería de Marina en El Toro. El problema es que los Wildcats no continuaron en servicio después de la guerra y, sin embargo, en el año 1951 había muchos Hellcats disponibles. Un dato curioso. Uno de los pilotos es derribado por no guardar la formación y al volver a la base Kirby le recrimina que el coste del avión perdido es de 150.000 dólares. Haciendo los cálculos en Internet ese dinero del año 1942 es el equivalente a unos 2.230.000 dólares de hoy. Comparado con los 80 millones que cuesta un F-35 la cosa no parece mucho, pero es que se construyeron 7.885 de estos aparatos... que son 17.583.550.000 dólares solo en este modelo.
El papel del Mayor Kirby en esta película quiso ser un tributo al verdadero héroe, el Mayor John L. Smith, quién fue condecorado y ascendido precisamente por sus misiones en Guadalcanal en 1942. La película no pasa de un 6/10 pero da pie a leer más sobre el tema. Para aquellos a los que les apasione la historia de la aviación militar y sepan inglés, les recomiendo que se hagan con el número de Aviation History de mayo del 2015. En este número se hace referencia a la Cactus Air Force y a los verdaderos héroes de estas operaciones en 1942.
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