El efecto suelo
Recuerdo que cuando empecé a volar lo hice con una Cessna 152. Estos aviones tienen el ala alta y son ideales para aprender a volar pues permiten muchos errores al piloto novato. Después de solo unas horas puedes dominarlos fácilmente y realizar estupendos aterrizajes. El siguiente avión que volé fue una Piper Archer de ala baja. Una de las primeras cosas que me advirtió mi isntructor fue precisamente la gran diferencia entre un aterrizaje con Cessna y uno con la Piper ed ala baja. Cuando escuché las explicaciones de como debía hacer la toma con este aparato nunca pensé que fuera algo tan diferente. Pero efectivamente, a la hora de tomar tierra estos aviones parecen flotar indefinidamente sobre la pista como si núnca quisieran tocar con los neumáticos en el asfalto. La primera vez que intenté una toma con este tipo de avión y la técnica habitual de mi Cessna 152 me comí la mitad de la pista. Acababa de experimentar por primera vez el conocido efecto suelo.
El concepto de efecto suelo es bien conocido por los pilotos. Este efecto es el aumento de la eficiencia de un ala cuando esta vuela cerca de una superficie. En la imagen se puede ver a una Mooney en pleno efecto suelo en un aterrizaje. Este efecto de flotación suele ocurrir de forma más intensa cuando los aviones se encuentran a una altura menor de 1/4 de la extensión de su ala (envergadura) sobre el nivel del suelo.
Esa flotación ocurre realmente porque se reducen los vórtices de punta de ala. Vamos a ver que les sucede a estos vórtices cuando las alas se acercan al suelo. La cantidad de efecto suelo que sufriremos básicamente se reduce al tamaño de los vórtices que se crean y la cantidad de flujo descendente (downwash) que se genera. Veamos la imagen que sigue para darnos cuenta de como cambian los vórtices de punta de ala.
Cuando el ala está cerca del suelo, los vórtices no pueden ser tan grandes, porque cuando giran alrededor de la punta de las alas, impactan en el suelo y se disipan. ¿El resultado? Una reducción en algo llamado downwash que ya explicamos en este blog.
Menos downwash = menos resistencia
A medida que el aire (y los vórtices) salen de la parte posterior del ala, se inclinan hacia abajo, lo que se conoce como downwash. Esa corriente descendente (downwash) cambia el viento relativo hacia abajo. Cuanta más corriente descendente, más downwash. Lo realmente importante es que la sustentacion es siempre perpendicular al viento relativo.
Tal como se aprecia en la ilustración, cuando existe menos flujo descendente el vector de sustentación (naranja) es más vertical, oponiéndose a la gravedad. Y cuando existe más flujo descendente, el vector sustentación apunta más hacia atrás, causando la conocida resitencia inducida. Además de eso, las alas necesitan energía para crear los vórtices descendentes, y esa energía también crea resistencia.
A medida que el avión se acerca al suelo, el flujo descendente se reduce y también los vórtices, lo que significa que la resistencia inducida también se reduce. El efecto suelo tiene tres elementos principales que ayudan a identificar lo que sucede a medida que el avión se acerca a la pista para aterrizar:
- Existe más sustentación vertical, que se opone al peso (masa)
- Existe menos sustentación hacia atrás, lo que reduce la resistencia
- Los vórtices son más pequeños y existe menos flujo descendente, lo que reduce la resistencia.
En el gráfico a continuación se puedes ver que el efecto suelo no empieza a notarse hasta que el avión está a una altura igual a su envergadura. A medida que se acerca a la pista, la resistencia inducida se reduce significativamente, amplificando el efecto suelo.
Hola Manolo,
ResponderEliminarComo experiencia para tus lectores me gustaría comentar algunos apuntes que nos suceden a los pilotos que operamos con aviones de ala baja con perfiles de muy buen rendimiento aerodinámico como son las aeronaves del fabricante Diamond en sus versiones monomotor Da20-C1.
Con estos aviones el efecto suelo es muy acusado, tenemos un coeficiente de planeo de 11:1, además tenemos cola en T que también afecta en el comportamiento cuando estamos en efecto suelo al no ser tan acusado el momento longitudinal.
En estos aviones hay que gestionar muy bien la energía en la aproximación final, su velocidad de aproximación en configuración de full flaps (45º) es de 55kt, para flaps 15º sería de 60kt con velocidades Vref de 47 y 52kt respectivamente. Cual es el problema?
Bueno, más bien la dificultad, cuando se realizan aproximaciones en configuración de 15º, si no se hace la aproximación suficientemente "plana" es prácticamente imposible ajustarnos a la senda de aproximación, incluso realizando resbale, de hecho en muchos casos se debe hacer un go around porque la velocidad se excede muy por encima de la estabilizada para la aproximación.
Por ello la clave en este tipo de aviones para evitar un efecto suelo excesivo que no nos permita aterrizar es alcanzar el umbral con la velocidad Vref calculada, si no es así puedes prepararte para consumir cientos de metros (superior a 400-500m o superior) sobre la pista mientras el avión mantiene la IAS casi constante mientras ajustas para disipar energía y no ganar altura...esto último pudiendo ocasionar una pérdida del efecto suelo con baja velocidad y un "desplome" del avión sobre la pista, lo que en algunos de mis primeros aterrizajes corregí con un poquito de empuje o directamente no lo hice y realicé una toma dura... bueno ¿os cuento un secreto? Aunque lleves miles de aterrizajes te va a seguir ocurriendo en más de una ocasión :)
De hecho en ocasiones el efecto suelo es tan acusado que no nos queda otra que hacer un balked landing pues superamos nuestro "landing decision point".
Por tanto, como el efecto suelo está ahí siempre por cuestiones físicas que perfectamente no explica Manolo, los pilotos debemos lidiar siempre con el, y la mejor estrategia es gestionar la energía (potencial y cinética) de forma adecuada, esto no es otra cosa que estar sobre el umbral estabilizados con la altura (en nuestro caso 50ft) y velocidad adecuadas.
Un abrazo y gracias como siempre por estos magníficos contenidos Manolo.
David Muñoz