¿Protege realmente la posición de seguridad?

El vuelo 92 de British Midland era un vuelo comercial entre Londres y Belfast que se estrelló al intentar aterrizar de emergencia en el Aeropuerto de East Midlands el 8 de enero de 1989, en una autopista cercana al aeropuerto. 79 personas sobrevivieron al accidente y 47 murieron en el hecho, causado por el fallo de uno de los motores del Boeing 737-400.

Cuando los médicos empezaron a atender a los supervivientes, encontraron que las personas que habían adoptado una posición de seguridad antes del accidente (cabeza inclinadas hacia delante, con las planta de los pies en el suelo), tenían menos probabilidades de haber sufrido un trauma grave o una conmoción cerebral, no importa donde estuvieran sentaron en el avión.

La FAA (Administración Federal de Aviación) ha estado utilizando maniquíes de la prueba (dummies) para estudiar las posiciones de seguridad antes de un impacto desde 1967. Si bien las posturas recomendadas han cambiado un poco en los últimos años, el principio subyacente se mantiene sin cambios: Lo mejor es inclinarse hacia adelante antes de un accidente, para que la cabeza esté cerca del asiento de delante.

Con esa posición se debe ejercer presión hacia la parte posterior del asiento que, según la teoría, reduce el riesgo de un "impacto secundario". En esta posición resulta menos probable que la cabeza de una sacudida hacia adelante y choque contra una superficie dura.

Los pasajeros en accidentes de tráfico, que normalmente tienen menos tiempo para reaccionar en un accidente, efectúan un acto reflejo parecido e inconscientemente también se preparan para el impacto. Un estudio encontró que al menos la mitad de las víctimas de colisiones frontales presionaba sus cabezas y pecho contra sus asientos, cruzando sus brazos contra el volante o el salpicadero. Por un lado esta posición aumenta el riesgo de romperse un brazo o una pierna, pero por otro ayuda a proteger la cabeza y el pecho de lesiones mucho más graves. 

Por supuesto, la posición más segura de choque depende de la naturaleza del accidente y el diseño del vehículo. Dipan Bose, un especialista en el transporte en el World Bank, ha estudiado las posiciones de emergencia mediante simulaciones por ordenador. "Todo esto va en clave direccional", dice. "Tienes que saber exactamente de qué manera se moverá el cuerpo en el impacto." Eso es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo cuando se trata de accidentes de tráfico, que son por naturaleza, impredecibles.


Este artículo fue publicado originalmente en la edición de noviembre 2015 de Popular Science

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