The bomber mafia

"En la Segunda Guerra Mundial se tenían que lanzar 9.000 bombas para acertarle a un objetivo del tamaño de un refugio de aviones. En Vietnam, 300. Hoy podemos hacerlo con solo una bomba guiada por láser desde un F-117." 

Hace unos días mi buen amigo Edu me recomendó la lectura de The Bomber Mafia: A Dream, a Temptation, and the Longest Night of the Second World War.   

La versión del libro que me prestó estaba en inglés y después de meses dando instrucción y leyendo manuales en ese idioma, no me sentía muy atraido por seguir leyendo cosas en la lengua de Shakespeare. Pero sabiendo que en mi anterior vida yo había sido armero artificiero, ametrallador bombardero, Edu me dijo: "léelo que te va a gustar". 

Al principio pensé que se trataría de un libro más sobre campañas de bombardeo en la IIGM, pero la verdad es que me enganchó desde el primer momento porque la aproximación en este libro era algo diferente. Comenzó siendo un audiolibro de un anglo-canadiense llamado Malcolm Gladwell y luego se convirtió en libro.

Malcolm nos habla de lo que él denomina Bomber Mafia. Un grupo de oficiales y estrategas formado en la academia del Army Air Corps y que luego fueron claves en la Segunda Guerra Mundial. 

El libro sigue a la Bomber Mafia, especialmente al general Haywood S. Hansell, y su idea de una estrategia de bombardeo aéreo de precisión a gran altitud en la Segunda Guerra Mundial como un medio para limitar las bajas. El libro nos cuenta en dos partes (La guerra en Europa y la guerra en el pacífico), como los norteamericanos consiguieron hacerse con la famosa mira Norden. La famosa y ultra secreta mira telescópica giroestabilizada se diseñó antes de que los EEUU entraran en la guerra y se llegó a utilizar en durante todo el conflicto, incluido el lanzamiento de la Bomba Atómica al final de la guerra. El visor era tan bueno que se siguió utilizando incluso en Corea y en la Guerra de Vietnam con ciertas modificaciones y mejoras. Ya se sabe que cuando una cosa funciona ¿para qué cambiar? eso los norteamericanos lo tienen muy claro. 

La mira Norden

El visor de bombardeo americano Norden era una brillante pieza de ingeniería electromecánica y óptica, que fue diseñado por un holandés educado en Suiza (Carl Norden). Esta mira en realidad era una especie de catalejo o periscopio giroestabilizado que en el momento apropiado tomaba los mandos incluso del propio avión. Era pues el bombardero, el que, en última instancia, llevaba con su visor el avión hasta el blanco. La mira Norden era un secreto tan grande que se les hacía jurar a los bombarderos que la defendieran con su propia vida y en última instancia deberían destruirla antes de que caiga en manos enemigas. Los alemanes ya tenían un visor parecido, se trataba de los visores de la serie Lofte, mucho más sencillos y mejor de mantener que el visor telescópico norteamericano. A pesar del alto secreto hubo espionaje en los Estados Unidos y un antiguo trabajador de la compañía constructora informó (dibujó incluso planos de memoria) al alto Estado Mayor Alemán de los avances norteamericanos. La mira de precisión alemana llevaba letes y componentes producidos por el famoso Carl Zeiss.

El cabezal de puntería norteamericano era más completo que el alemán, podía calcular más de sesenta parámetros, pero también más pesado y complejo se tardaba varios meses en aprender todas sus funciones. El cabezal contenía los principales componentes de la mira. Esta consistía principalmente de tres partes, un ordenador mecánico analógico que calculaba el punto de impacto de las bombas en un ángulo con relación a la posición del avión, un pequeño telescopio usado como mira primaria, y un conjunto de motores eléctricos y giroscopios que movían el telescopio, haciendo que un único punto del suelo quedara fijo en la mira. Uno de los principales problemas del bombardeo de precisión era el cálculo de la velocidad del avión con respecto al suelo. Esto lo hacía admirablemente bien la mira Norden. La velocidad terrestre no podía ser medida directamente desde el avión, al menos no hasta la introducción de diferentes aparatos de radar, por lo que tenía que ser calculada mediante la medición de la velocidad aérea conocida y una velocidad del viento calculada. La mira Norden fue utilizada para hacer estas mediciones y al ser tan precias se decidió acoplar estos datos al piloto automático del propio avión. Todo esto junto con la suelta de bombas automática dio como resultado un sistema fiable de gran precisión.

 Según la visión norteamericana con el bombardeo diurno de precisión a gran altura se trataba de derrotar al enemigo destruyendo los elementos económicos e industriales (los famosos rodamientos tan necesarios para fabricar motores) para que no pudiera proseguir la guerra y se viera forzado a firmar la paz. Se pretendía acabar pronto la guerra por este método. La realidad fue muy distinta y es eso precisamente lo que se narra en el libro.

Tácticas y ética del bombardeo

Para que quede clara mi posición al respecto, opino que el uso de los bombardeos (culaquiera que fuese el bando) contra la población civil debería de haber sido juzgado como crímenes de guerra. La técnica del bombardeo horizontal ha sido la más utilizada en la IIGM. Aunque las características del lanzamiento teórico de una masa eran muy conocidas desde hacía siglos, el bombardeo horizontal de precisión resultó ser muy complejo por la física que implica un lanzamiento en condiciones reales de viento desde una plataforma en movimiento. Los cálculos trigonométricos y las correcciones debían de ser efectuados con precisión si se quería dar en el blanco. Para que el bombardero pudiera realizar su misión con garantía de acierto se debía estabilizar el avión en vuelo recto y nivelado. Esto era tan peligroso que muchos de los B-17 de la IIGM fueron derribados en esas circunstancias por fuego antiaéreo o por los cazas de la Luftwaffe. 

Bombardeo estratégico y cine

En el libro también se hace mención a la película Almas en la hoguera (12 O'clock high) que tanto me gusta. Existen muchas y grandes películas que narran el bombardeo estratégico en Europa durante la IIGM. Dos de las más famosas son Almas en la hoguera y Sublime decisión (ambas comentadas en mi libro La aviación en el cine). En Europa, el VIII Mando de Bombardeo basado en Gran Bretaña, era el arma estratégica de la 8ª Fuerza Aérea que se vio envuelta en la Operación Pointblank (campaña de bombardeo diurno y nocturno de la USAAF y la RAF). El objetivo era ganar la supremacía aérea con el fin de facilitar la invasión de la Europa ocupada. Existía una gran diferencia entre la visión norteamericana y la británica sobre cómo realizar los bombardeos sobre Alemania. Los británicos bombardeaban al abrigo de la noche (de día ya habían comprobado lo buena que era la Luftwaffe) y los norteamericanos echándole valor lo hacían de día. Hasta aquí todo correcto, pero la política aprobada por el gobierno estaba de acuerdo con la estrategia del "carnicero" Harris, quien no dudó en masacrar a la población civil dejando de un lado los objetivos militares. (ver post dedicado a este hijo de la gran bretaña).

Los norteamericanos detestaban la idea de bombardear a civiles indefensos, pero los británicos tenían el agravio de haberlo sufrido y según ellos, ahora era el turno de que la Gran Bretaña le devolviera la misma medicina a los alemanes. Los británicos bombardeaban sin compasión las ciudades alemanas arrasando todo lo que podían y causando centenares de miles de víctimas inocentes. Una vez más quedó al descubierto la capacidad vengativa y la agresividad de un pueblo que siempre presumió de ser civilizado y avanzado. Ya se decía en tiempos de Felipe II aquello de "Guerra con todos, paz con Inglaterra". Los norteamericanos, por el contrario, defendían un bombardeo de precisión sobre objetivos exclusivamente estratégicos con valor militar para evitar matar inocentes. 

Esta visión caballerosa de cómo afrontar una guerra les llevó a soportar muchas bajas. Al final los norteamericanos tuvieron que ceder y finalmente se llevó a cabo el bombardeo masivo e indiscriminado de Berlín (sin objetivos militares) donde murieron miles de inocentes. Una vez aceptada la orden de bombardear civiles en Europa, presupongo que debió de resultar menos complicado tomar la decisión de lanzar las bombasincendiarias de Napalm y bombas atómicas sobre Japón. El horror sufrido en Europa primero por Hitler y luego por los aliados dejó millones de víctimas civiles. Si exceptuamos China y la Unión Soviética, se puede ver claramente el efecto real de los bombardeos aliados sobre Alemania. Existen numerosas páginas en Internet donde se puede ver la masacre y como quedaron las principales ciudades alemanas que fueron bombardeadas. En este sentido la película Bombarderos tiene mucho valor y es un excelente punto de partida para hablar de estos temas y discutir, quizás en un cine fórum, sobre asuntos relacionados con tácticas, ética y economía desde la perspectiva del cine en el periodo 1939-1949, donde se rodaron películas muy interesantes. 

En resumen

Un libro muy entretenido y fácil de leer, dedicado a todas estas cosas del bombardeo estratégico durante la IIGM. Muy recomendable para los no iniciados en este tema, aunque si ya has leído algo te puede aportar detalles muy reveladores sobre la personalidad de los componentes de la Bomber Mafia, el idealista general Hansell y el pragmático Curtis LeMay. Los puntos negativos son su poca precisión y poca profundidad a la hora de hablar de cuestiones técnicas y a veces una simplificación excesiva sobre las campañas de bombardeo, pero en general un 7/10.

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