Mirage F-1 (recuerdos de Gando)

Después de mucho tiempo de espera, ayer se puso a la venta el nuevo módulo del Mirage F1 de AERGES para DCS. Tiene una pinta estupenda y se puede apreciar que los creadores se han esmerado, parece que han realizado un auténtico homenaje al avión francés. Viendo algunas de las fotos de su detallada e hiperrealista cabina me han venido a la memoria muchos recuerdos de los 80.


Es mediodía y cuatro cazas Mirage F-1 del Ala mixta número 46 se dirigen a la cabecera de pista en la Base Aérea de Gando para un ejercicio de tiro con fuego real. Un joven suboficial especialista de armamento señala al piloto que debe poner las manos en el marco de la cúpula y aplicar frenos en los pedales. Era su primera vez en este tipo de operaciones.

El piloto clava los frenos y acto seguido el especialista entra por el lateral echando un ojo a los aerofrenos, y evitando la zona de peligro por succión del difusor de entrada. Calza el robusto tren izquierdo del Mirage F1 y saca la llave especial que otorga acceso a los paneles de armamento.

Abre la portezuela ventral donde se encuentran los cañones DEFA de 30 mm y conecta ambos seleccionando las CLR para ajustar la cadencia de tiro con un intervalo de disparo de 0,5 segundos, previamente consensuado con los responsables del ejercicio.

Entrar debajo de un caza de combate en marcha para el armado de los cañones impresiona mucho cuando se realiza por primera vez. El sonido atronador, incluso al ralentí, el intenso olor a queroseno, el calor emitido y las vibraciones originadas por el ATAR 09K50 se podían sentir perfectamente en el cuerpo. La adrenalina corre por las venas. Es una sensación que todavía eriza los pelos al recordarlo.

Al salir para dar el OK, el especialista retira el calzo y nota que el avión se comienza a mover. El joven armero se sorprende y da un salto hacia atrás para que la rueda no le pase por encima. Sale de debajo con cara de pocos amigos haciendo un gesto al piloto para que siga manteniendo los frenos pisados hasta que vea la señal...

Javier, el joven capitán se da cuenta de lo sucedido y se excusa con gesto amable. Ha sido un descuido y afortunadamente no ha ocurrido nada grave. Pulgar arriba. Los cuatro aviones se dirigen ya a la pista para el despegue y aplican el máximo empuje, sonido atronador al entrar el postquemador. Unos pocos segundos después los cazas se van al aire y trepan como alma que lleva el diablo.


Aquel muchacho de veintipocos años ahora está apunto de jubilarse y recuerda con cariño aquellos días que trabajó con el espectacular F1 de morro afilado. El jóven piloto que estaba en la cabina curiosamente ahora es el JEMAE, Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire y del Espacio. Javier Salto, un buen tipo con el que siempre he tenido una magnífica relación y al que visité en Morón en una ocasión años después cuando yo había dejado el Ejército del Aire y trabajaba para BAe SYSTEMS y él era el coronel jefe de la base.

Mirage F-1 (C.14) N° 72 después de una inspección rutinaria
en el hangar de armamento.


Recuerdo haber realizado el curso básico del Mirage F-1 con gran ilusión. Quería saber "todo" sobre este maravilloso y estilizado caza Mach 2.  Hice multitud de preguntas a un tal René, a la sazón nuestro flamante instructor que había llegado de la casa parisina Dassault. René aparte de ser un brillante ingeniero era un gran tipo. Muy francés si se me permite la expresión. Tenía una gran preparación técnica y ese orgullo patrio del que sabe que su país produce grandes aviones militares.

René nos explicaba con mucho detalle las virtudes del nuevo F-1 que acababa de adquirir nuestro Ejército del Aire. A veces René se desesperaba conmigo cuando comparaba el caza francés con el F-16. Me decía con un tono solemne que los americanos tenían mucho dinero, pero que el caza francés era superior en muchos aspectos, ...y entonces se deshacía en explicaciones técnicas para probar su argumento. Una ventaja del F-1, según René, es que era más rápido que el F-16. "Nuestro avión vuela a Mach 2.2 y el F-16 solo alcanza el Mach 2 a duras penas". Me decía orgulloso.

Lo que nos contaba René era el secreto del éxito, que los que ya éramos por aquel entonces aerotrasornados sabíamos de sobra. La realidad es que el Mirage montaba un motor SNECMA ATAR 09K-50 más largo que un día sin pan, muy capaz y que desarrollaba 7200 kp de empuje con postcombustión. Pero lo que callaba René es que este motor en realidad es un derivado del alemán BMW 003 que en su día llegó a equipar al conocido Messerschmitt Me 262. La superioridad tecnológica se obtuvo una vez más de los brillantes ingenieros germanos que por aquel entonces llevaban muchos años de adelanto a las potencias aliadas.

Otra de las cosas que yo no podía imaginar (y que René no decía): ¿Cómo es posible alcanzar tal número de Mach con un único motor, que según nuestros cálculos, con la poca potencia que tenía (comparado con otros motores como el americano del F-16), no debería de empujar mucho más allá del Mach 1.9? 

El secreto se desveló cuando hablaron los pilotos de pruebas que lo volaron en Francia. Para poder hacer una demostración de velocidad escogieron un avión totalmente carenado y sin pilones (ni siquiera lanzadores de punta de plano). 

El avión despegó; hizo una trepada con potencia suficiente hasta la cota óptima; niveló y volvió a acelerar hasta Mach 1 en máximo seco (potencia militar). Con un pequeño picado y el ángulo óptimo se aceleró aplicando la postcombustión. El avión, a su máximo empuje, efectivamente llega al Mach 1.9 y... aquí viene el secreto. Se debe de esperar en esta velocidad unos pocos minutos hasta que, por fricción, se caliente la célula y así alcanzar el Mach 2.2 

A pesar de lo pesado que me puse, René acabó concediendome la máxima puntuación posible en el curso del avión. 


El Mirage F-1 tenía esas triquiñuelas que emplean todos los constructores para poder vender mejor su producto, pero no fue un mal avión. Todo lo contrario, ha servido y ha defendido los intereses de nuestro país con dignidad, además de ser un avión bello. Como decía Marcel Dassault, "Para que un avión vuele bien, debe de estar bien construido, pero además debe de ser bello" ...y el Mirage F-1 sin duda lo era.

"El F-1, que durante mucho tiempo fue la punta de lanza del Ejército del Aire, ya pasó a la historia. Atrás quedaron las estrecheces de la cabina, los relojes analógicos, el radar al final del “túnel”, la búsqueda de instrumentos por la cabina, los despegues estruendosos, la bola de fuego, el vuelo bisónico, el aparcar con viento en cara, el uso del “calcetín”, los vuelos al amanecer, el faro de policía, el recalaje en la vertical, el vector adicional, los flaps de combate, el arretmarche, los procedimientos en francés, el panne de huile… nuestro querido F-1 se fue, marcando una época dorada en la historia de los Escuadrones en los que ha servido y dejando una huella imborrable en todos los que trabajamos con él."






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