La aviacion en el cine: El Sensurround de Terremoto y Midway

Los jóvenes no lo habéis vivido... pero esto era algo espectacular.

"¡Papá, papá, llévanos a ver Terremoto porfa!" "¿No será de esas de catástrofe no?" "¡¡¡¡Siii, pero esta es muy buena, porque sale Charlton Heston y además tiene un sistema de sonido que dicen que es como si estuvieras en un terremoto de verdad!!!!!"

En 1974, Universal Studios lanzó Terremoto. Una película de esas de catástrofes, pero con una novedad. El sistema de sonido. Recuerdo que fui muy emocionado al estreno con mis hermanos y hermanas. Antes de ver esta película, yo había conocido el Cinerama y el 3D. Suponía que esto era algo muy novedoso, pero no me pude hacer una idea hasta que lo sentí en mi menudo cuerpecillo de preadolescente.

Universal Studios quería hacer algo para atraer a la gente a las salas de proyección. Algo parecido como lo que ocurrió en los 50 con el Cinemascope, que consiguió que los norteamericanos dejaran de ver tanta TV en sus casas. Para ello, Universal se puso en contacto con el fabricante de equipos de audio Cerwin-Wega. Ambos desarrollaron un sistema de sonido para crear efectos de baja frecuencia que pudieran simular un terremoto real. El sistema fue llamado Sensurround (que viene de Sense Surround o sensación envolvente). Al comienzo de la proyección recuerdo que se anunciaba una cosa así:

AVISO IMPORTANTE

Esta película va a ser proyectada con el novedoso y espectacular sistema de sonido Sensurround. Los efectos podrían causar problemas cardiacos a personas con marcapasos. Los productores de esta película declinan toda responsabilidad en caso de que algún espectador pueda sufrir problemas. Si alguien quiere puede abandonar la sala en este momento.


Pa'que quieres más. Estábamos deseando que empezara. El cine había sido modificado. Faltaban varias filas de butacas en la parte delantera. Se habían instalado unas enormes cajas negras debajo de la pantalla y en los laterales de la sala que todos intuíamos eran parte del gran espectáculo. 

Lo que habían hecho los productores era introducir en el sistema de sonido de los cines el famoso subwoofer. Estos aparatos estaban sincronizados con la pista de audio para emitir una mezcla de sonidos por debajo del umbral de detección del oído humano pero que se podían sentir en el cuerpo. Los retumbos podrían llegar hasta los 35 Decibelios por encima de los diálogos normales de la película y su banda sonora.

Lo normal es que estuvieran en el rango de los 25 Hertz a los 35 Hertz (a veces incluso llegaban a los 10 Hz.), lo que daría lugar a varios efectos diferentes. La frecuencia y el volumen de los tonos activaban un generador de ruido pseudoaleatorio que, cuando se combina con los amplificadores y subwoofers, podría crear un estruendoso efecto de terremoto a 120 dB. Pero no se trataba solo de intensidad de sonido. Los espectadores sentíamos en nuestros cuerpos las vibraciones de una forma inimaginable hasta ese momento. El cine entero se estremecía e incluso en muchas salas se detectaron grietas en los techos después de las proyecciones. El realismo era impresionante. Lo curioso es que se podía seguir escuchando los diálogos a pesar de las vibraciones.

Fue un sistema costoso. Solo se produjeron cuatro películas con este sistema. Una es la ya mencionada Terremoto y la otra que más me impactó fue la Batalla de Midway (la de 1976 no la versión moderna). 

En La Batalla de Midway, las escenas iniciales son reales en blanco y negro. Se puede ver a los B-25 Mitchell despegar desde la cubierta del Hornet en el llamado Raid Doolittle, popularmente conocido como 30 segundos sobre Tokio gracias a la película del mismo nombre. Los espectadores sentimos el sonido de aquellos motores radiales Wright R-2600 Cyclone, con 14 cilindros en doble estrella y 1.700 CV. La sensación nos dejó a todos pegados en nuestros asientos y con ojos como platos. Era casi como estar allí mismo. 

Sensurround allanó el camino para las bandas sonoras Dolby y DTS multicanal de hoy en día, ya que los ingenieros descubrieron cómo separar el canal de diálogo del canal de efecto de sonido de baja frecuencia.

Los estudios rivales tenían sus propias versiones: 20th Century Fox lanzó una película en su formato Sound 360 en 1977, y Warner Brothers tuvo una exitosa serie de películas en 1980 y 1981 (Altered States, Outland, Wolfen, Superman II) empleando su formato Megasound, pero el lanzamiento de Star Wars en 1977 demostró que el público acudiría en masa para ver una película sin los efectos de sonido extendidos si la historia y la película eran convincentes. Esto más que nada marcó el principio del fin para Sensurround. Un documental de 2001, Sensurround: The Sounds of Midway, profundiza en el uso de esta tecnología en la película.

Comentarios

  1. Manolo:

    Seguro que tú sí sabes la respuesta, pero para añadirle unas notas históricas a tu entrada, ¿te has preguntado el porqué del auge del cine de catástrofes precisamente en los años setenta? Hay que decir que no es exclusivo de esa década (de principios-mediados, más bien), pues hay ilustres ejemplos desde los mismo orígenes del cine, pero creo que se su renacimiento y auge en los EE.UU. tiene una clara base político-social (si se me permite el palabro), cosa por otra parte evidente en cualquier momento de la historia del cine. Si, por ejemplo, en los años cincuenta las películas "de marcianos", bien en su versión de invasión violenta ("La guerra de los mundos") o sutil ("La invasión de los ladrones de cuerpos") responden al miedo a la guerra nuclear y a la "infiltración comunista" (véase McCarthy), creo que el cine de catástrofes de los setenta responde a la crisis del sistema político-social americano, tras el desgarro que les provoca la Guerra de Vietnam y, creo, sobre todo, el desprestigio de la presidencia con el "caso Watergate" y la renuncia de Nixon, unido a la crisis de petróleo en 1973. Fíjate cómo en todas las películas hay un "fallo institucional" que agrava la catástrofe. En "Terremoto", la presa, y en el "Coloso en llamas" la inobservancia de la normativa anti-incendios del rascacielos por intereses económicos. Surge el héroe que se enfrenta al establishment, que hace oídos sordos, sobreviene lo teóricamente imprevisto (terremoto/incendio) y todo se va a la porra. Sólo se salvan los individuos aislados, los bomberos o la policía (el ejército, por cierto, no sale demasiado bien parado, Vietnam...), pero son las instituciones las que han fallado y dejan a los ciudadanos inermes. Obviamente para Hollywood la pela es la pela y se hacen pelis para divertir, no para hacer tesis ( no es cine europeo, precisamente), pero, como te dije antes, no puedan dejar de ser hijas de su tiempo. De todos modos, el tiempo pasa rápido, y pronto llegarán los ochenta y Reagan, y con ellos Rambo ( el del 85, no "First Blood, que es más del espíritu de los 70),o, mejor aún, "Top Gun"...

    Por otra parte, he de confesar que cuando fui a ver en el cine "La batalla de Midway" el Sensorround no evitó que saliera decepcionado , pues el elenco de viejas estrellas no pudo con la pobreza de los efectos (esos cockpits con proyección...) y la sensación de serie "B". Supongo que la mitomanía (o, si prefieres, las buenas interpretaciones) es cosa de gente mayor...je.
    Espero que me disculpes la digresión no-aeronáutica.
    Un saludo.
    Pablo.

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    1. Estupendo debate planteas Pablo. Efectivamente. las películas de desastres son un género muy antiguo. Uno de los primeros fue Fire! de nada menos que 1901. El título ya lo dice todo. Un film británico mudo realizado por James Williamson. Hay otros títulos como el Nacht und Eis (1912), sobre el hundimiento del Titanic o el mismo King Kong de 1933. Inspirados por el final de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Era Atómica, lexisten varias pelis de ciencia ficción de la década de 1950, como When Worlds Collide (1951) o la que tu comentas The War of the Worlds (1953).

      Pero es cierto que la edad de oro de estas producciones comenzó en 1970 con el lanzamiento de Airport, que fue un gran éxito recaudando cerca de unos 600 millones en dólares de hoy. Esta fue la primera pelicula en la que se dan todos los tópicos de las siguientes.

      Los temas que tocas desde el punto de vista socio-político creo que son perfectamente válidos para explicar el auge de estas pelis en los 70 y los 80. Pero si te das cuenta, desde los 2000 ha ocurrido una transferencia muy sutil. La gente, aunque sigue viendo pelis de desastres, ahora hay menos y se ha centrado todo en los Superhéroes. ¿Necesita el mundo un superhéroe (o varios) para luchar contra los malvados gobiernos y los posibles desastres?

      Yo lo plantearía más desde el punto de vista psicológico. ¿Por qué nos gustan tanto estas películas de desastres? Representan muerte y destrucción, gobiernos malvados y las peores pesadillas cobran vida, pero incluso narrando temas tan oscuros son auténticos taquillazos que vuelven cada año. Hay muchas teorías. Una película de desastres es terror en sentido puro, realista y visceral. Ya sabemos que los zombies no existen, pero lo que nos narran en las pelis de desastres puede llegar a pasar. Visionarlas desata una emoción muy poderosa en los espectadores gracias a las teorías psicológicas de la transferencia. El miedo no solo es natural, es la emoción más intensa de los humanos. Ver una película en la que las personas luchar por sobrevivir dispara sensciones muy poderosas en nuestros cerebros.

      Según la Dra. Julie Norem, profesora de psicología en Wellesley College, Massachusetts, lo que hacemos al ver estas películas es normalmente buscar un medio para aceptar la incertidumbre. Cuando hay demasiadas incógnitas, nos gusta contemplar las grandes catástrofes. De esa manera, creemos que nuestra propia realidad no es tan mala. Nos ofrece un poco de seguridad en un mundo inseguro. Sin embargo, yo creo que lo que realmente funciona y le da el éxito a una película de desastres es cómo se conecta esta con la realidad y el tiempo en el que se proyecta. Ahora mismo con los del Corona mierda este que nos ha tocado vivir, tendría mucho sentido volver a visionar la estupenda La amenaza de andrómeda (la original, la del año 71 basada en el estupendo libro de Michael Crichton).

      Coincido contigo en que una cosa es la técnica y otra muy distinta la obra cinemátográfica. Hay que separarlas dos cosas. Si el guión es malo, yo siempre he dicho eso de que por mucho 3D, si la peli es mala es una "m" en 3D. Me viene a la mente The Artist, una película moderna, hecha en blanco y negro, pantalla pequeña y poco espectacular, pero genial. La experiencia subjetiva de ver una película radica en los aspectos que la acompañan, siendo la motivación (el tema y las ganas) y la emoción (las sensaciones que nos elicita la película) dos de los más fuertes. Una película como el Tercer hombre puede ser una birria técnicamente hablando, pero la historia hace que todo eso pase a un segundo plano a los pocos minutos de empezar a verla. Lo que queda en nuestras mentes no es la película en sí y sus cosas técnicas, son las sensaciones y lo que significan para nosotros. Ahí es donde las películas de desastres triunfan con la mayoría del público.

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