Cosas que pasan: El avión que se derribó a sí mismo
El Grumman F11F/F-11 Tiger fue un avión pistonudo. Tenía una maniobrabilidad excelente y era capaz de alcanzar el Mach 1.1 sin problemas. Se diseñó en los 50 para ser un caza que pudiera operar desde portaaviones. Estuvo operativo hasta los años 60 y gracias a sus buenas características fue utilizado por el equipo acrobático Blue Angels de la Armada desde 1957 hasta 1969.
El 21 de septiembre de 1956, la USAF y la empresa aeronáutica Grumman se encontraban realizando pruebas aéreas y análisis de rendimiento sobre el océano Pacífico en este tipo de avión. Uno de los pilotos de pruebas era Thomas W. Attridge, de treinta y tres años, muy experimentado en este tipo de prácticas. Pero aquel día, su trágica hazaña pasaría a la historia de la aviación como el primer incidente en el que un avión se derribase a sí mismo. Esto ocurrió cuando, tras disparar una ráfaga de cuatro segundos con su cañón de veinte milímetros a una altitud de tres mil novecientos metros, aceleró su avión en ángulo descendente. Al alcanzar los dos mil cien metros, Attridge volvió a disparar el cañón de veinte milímetros, pero esta vez se vio interrumpido por una brusca sacudida.
Pensando que había chocado con un pájaro, intentó alcanzar la base más cercana. Cuando logró estabilizar el aparato se dio cuenta de que el motor tenía serios daños, siendo imposible obtener más del 78% de su potencia. El atribulado piloto calculó que, dadas las condiciones de vuelo, le sería imposible alcanzar la base, por lo que intentó descender en una isla cercana. El aterrizaje fue problemático y el avión se vio envuelto en una bola de fuego. Attridge, con una pierna y varias costillas rotas, sería rescatado en una arriesgada maniobra por un helicóptero enviado desde la base. Tras el incidente, debió permanecer dos semanas en terapia intensiva. La oportuna investigación descubriría que el Tiger había sido alcanzado por sus propias balas disparadas segundos antes a tres mil novecientos metros.
Aunque el F11F-1 Tiger es conocido por ser el primer avión de reacción en derribarse a sí mismo, no es un caso tan infrecuente como la gente puede llegar a pensar. Dos ejemplos:
- El 20 de junio de 1973, Pete Purvis, también piloto de pruebas de Grumman, volaba desde Point Mugu, California, en un F-14 Tomcat, cuando su avión fue alcanzado por su propio misil 'Sparrow' AIM ‑ 7E. El misil ascendió nada más ser disparado durante el lanzamiento y dañó el tanque de combustible del avión. Después de perder el control de la aeronave, Purvis y su oficial de sistemas, William Sherman, se eyectaron y sobrevivieron.
- Curiosamente un avión de combate de las Fuerzas Aéreas españolas también se dañó a sí mismo cuando los proyectiles disparados por su armamento rebotaron contra los peñascos de una colina que servía de diana. Sucedió el 7 de agosto de 1979 y el piloto, por fortuna, pudo salvarse eyectándose del avión.
Como dirían los norteamericanos: "shit happens" (cosas que pasan)
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