De cine, hornos microondas, comunicaciones redioeléctricas, queso y la velocidad de la luz
Pensando en esta idea, yo imaginaba lo que podría ser
para el hombre primitivo contar con algún cachivache moderno de los que tenemos
por casa. Si los antiguos griegos hubieran conocido el principio de
funcionamiento de uno de estos aparatos podrían haber calculado la velocidad de
la luz con gran precisión simplemente fundiendo un poco de queso (...o pasta, o
cualquier otra cosa parecida).
Las microondas
Este tipo de radiación electromagnética se aplica en
RADAR, TV, radio y comunicaciones vía satélite. En los años 40 se descubrió que
podía ser útil para desarrollar un nuevo tipo de horno. El principio de
funcionamiento de uno de estos aparatos es hoy en día sobradamente conocido por
cualquier persona. Un magnetrón convierte la energía eléctrica en microondas de
radio de alta frecuencia, estas ondas son "absorbidas" por los
alimentos. El horno microondas es una cavidad resonante donde se producen
ondas estacionarias, que una vez rebotadas por las paredes inciden en los
alimentos. La onda tiene unas características, como su longitud y la frecuencia
o ciclos por segundo.
En la imagen de abajo se puede ver la longitud de una onda dentro de la cavidad, con sus picos y sus valles. La distancia entre las dos paredes está cubierta por dos ciclos y medio.
Existen puntos dentro de la cavidad (nodos) donde las ondas ofrecen la más baja intensidad posible. En estos puntos no se produce calor.
Por contra, existen picos y valles de onda donde la intensidad es máxima. En estos puntos o anti-nodos, se produce un máximo de calentamiento.
Traducido a algo práctico, lo arriba expuesto explica la necesidad de poner un plato giratorio en el interior de un microondas. Caso de dejar la comida estacionaria ocurriría lo que se puede ver en el plato de pasta que se ha dejado dentro de un microondas durante varios segundos.
Como se puede apreciar, existen puntos donde la comida se ha fundido y otros donde apenas se ha calentado. Si medimos las distancias entre dichos puntos derretidos, lo que estaremos haciendo no es ni más ni menos que medir la distancia entre los puntos máximos y mínimos de la onda, o donde la onda calienta más (esto es el equivalente a media longitud de onda).
Calcular la velocidad de la onda es tarea fácil si sabemos la fórmula: v = λ x f. Dicha fórmula nos dice que la velocidad de la radiación es directamente proporcional a su frecuencia (f) y a su longitud de onda llamada lambda (λ). Hemos calculado la longitud de la onda fundiendo queso.
Lo único que nos queda por saber es la frecuencia a la que operan estos aparatos. Por suerte, si echamos un vistazo a la etiqueta de nuestro horno, que se encuentra generalmente en la parte trasera del aparato, encontraremos que la frecuencia (en mi caso es de 2.450 MHz ó 2,45 GHz).
Haciendo los cálculos pertinentes:
λ = 0,128 metros (6,4 x 2 centímetros)
f = 2,45 x 10 elevado a 9 hercios
v = 313.600.000 metros por segundo
Lo que nos da un poco más de lo esperado, pero muy próximo para lo burdo del experimento. Si repitiéramos la operación varias veces y con diferentes puntos podríamos sacar la media y acercarnos un poco más al valor real. Calcular cosas a ojo de buen cubero a veces es más ilustrativo de lo que nos imaginamos y nos ayuda a entender un poco mejor las cosas complejas.










Bienvenido.
ResponderEliminarMuchas gracias Álvaro, todavía estoy bastante liado, pero procuraré poner algún post de vez en cuando :)
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